Suena el despertador y es hora de levantarse, lo primero es llamar a Miguel para poder darnos los buenos días, luego al subir la persiana veo la nieve en lo alto, abro la ventana para respirar el aire de la mañana que es más frio de lo normal, respiro hondo y noto el aire entrando en mis pulmones, es como una inyección de vida, un aire nuevo.
Me aseo, desayuno, saco a la peluche para que coma y este suelta, ella tiene la suerte de poder estar en la calle todo el tiempo que quiera y sin notar el frío, esta preparada para ello.
Me toca ponerme a trabajar, la mañana pasa entre trabajo y videoconferencia con mis compañeros, las mañanas me pasan muy rápido, el trabajo me hace concentrarme solo en el y no pensar en otras cosas.
Dedico la tarde a la pintura de brocha gorda, por fin me he quitado la pereza de encima y me he puesto manos a la obra, he pasado casi 6 horas pintando y tengo la sensación de no haber hecho nada, algo he avanzado evidentemente pero todavía me queda bastante, pero también días por delante para hacerlo.
Mientras estoy pintando escucho música para que sea más llevadero esto de pintar, estoy durante esas horas en mi viejo mundo, abstraída totalmente de la realidad, concentrada en pintar y en la música, por un momento llego a escuchar la voz de alguna vecina en la calle, me esta llamando, voy y me asomo al balcón, pero no hay nadie en la calle, esta totalmente desierta solo la peluche descansa en la puerta observándolo todo, ha sido la costumbre de otro tiempo, de aquel tiempo en que estábamos en la calle nos relacionábamos cara a cara unos con otros.Vuelvo a la pintura, y se me va el tiempo pintando y pensando que ahora estamos en un nuevo mundo, cuando esto pase el mundo habrá cambiado o tal vez, el ser humano es el que cambie, ahora ya soy consciente de lo pequeños y frágiles que somos, todos de una forma u otra sentiremos el cambio, unos por perder familiares o amigos por el virus, otros por la crisis económica que se avecina algo sin precedentes, otros porque se darán cuenta de que no son el ombligo del mundo y son simples mortales... cada uno en su parcela.
Es hora de dejar la pintura y volver al nuevo mundo y para volver a él lo primero que hago es hacer videoconferencia con Miguel para ver como ha pasado la tarde y si hay alguna novedad, distinta de lo habitual, del ascenso de contagios y del numero de muertes, y los recuperados, pero no, nada nuevo que contar.
Hoy no me toca entrenar, y lo tenia decidido, la jefa decide entrenar con la tpa siguiendo una clase en directo, Miguel entrena por su cuenta, yo me he pasado la tarde subiendo y bajando de una escalera así que lo doi por bien entrenado.
Ceno algo rápido, pero hoy no llego a tiempo para estar con el grupo de meditación y relajación, así que después de cenar me tiro en el sofá, necesito un poco de relax.
Los días oscuros no duran eternamente. Incluso la noche más oscura terminará con la salida del
Sol
Víctor Hugo
No hay comentarios:
Publicar un comentario