jueves, 7 de junio de 2018

Día 12. Salerno - Napoles

Ayer después de la cena de cumple de Miguel, cantar el cumpleaños feliz, pedir un deseo y soplar velas, tocó despedirse de los chicos, que seguirán en Salerno hasta que cada uno termine el curso. Hoy el día amaneció soleado y anunciaba calor, madrugamos un poco porque había que continuar viaje hacia Napoles, nuestra última parada de este viaje por el sur de Italia. Antes de salir buscamos un parking entre el castel dell ovo y el duomo, entrar en Napoles fue toda una aventura, atascos y todos cruzándose con todos, dan más miedo los motoristas que los conductores de los coches. 
Como siempre el GPS nos llevó al destino sin problemas, dejamos el coche en el parking y salimos a ver el castel dell ovo, es una fortaleza normanda que para no variar fue español, cuando éramos dueños de medio mundo, es enorme la visita es gratuita, tiene unas vistas muy chulas de Napoles y de su golfo. Ni que decir tiene que el sol cascaba de lo lindo.
Salimos del castel en dirección al duomo que caminando se encuentra como a tres kms, pero vas callejeando, pasando por la plaza del plebiscito donde se encuentra la basílica de Francesco di Paula, el palacio real, el palacio Salerno y el palacio de la prefectura. 
Más adelante nos encontramos con vía Toledo una de las calles más importantes de Napoles con un kilómetro y pico de longitud y llena de tiendas, y por supuesto, llena de gente. 
A ella da la galería Umberto I, una galería comercial creada durante el siglo XIX, que sufrió muchos daños durante la 2 guerra mundial, tiene una bóveda de cristal impresionante y en el suelo hay mosaicos, merece la pena entrar y verla más por como es que por las tiendas que tiene dentro.
Saliendo de la vía Toledo, en busca del duomo nos encontramos con las visitas al Napoles subterraneo, habíamos buscado en internet para hacer esa visita y lo que nos aparecía en español suponían 52€, Rosario nos había dicho que se podía hacer por unos 10€ y que lo habían encontrado en la calle sin buscar en internet. Allá que nos fuimos, la visita duro 1 hora y media, y bajamos 35m, vimos el antiguo acueducto romano que suministraba agua a la ciudad y lo hizo durante 23 siglos, con sus cisternas para almacenar el agua que luego más tarde se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial como refugios antiaéreos y una vez terminada la guerra se usaron como casas para aquellos que habían perdido la suya por los bombardeos, más tarde se usaron como basureros hasta que en los 80 se recuperaron como parte de la historia, también vimos parte de un teatro romano que se encontraba en una bodega de una casa, u otra parte, en una carpintería, y es que el teatro se encuentra debajo de un grupo de casas.
Termino la visita y nos fuimos al duomo dedicado a Santa Maria Assunta, donde se encuentra la cabeza de San Genaro. La catedral merece la pena verla y es gratis la entrada, eso sí, nada de ir en tirantes porque sino no entras.
Tocó comer y aprovechar para hidratarse porque el calor que parecía de nube hacia que el aire fuera un aire caliente que no ayudaba a respirar bien.
Una vez que repusimos fuerzas tocó seguir callejeando, llegando a ver una boda, o los bomberos de Napoles ensayando a paso marcial como si fueran militares.
Napoles es un mundo dentro de Italia, de lo que llevo recorrido de Italia no hay nada que se parezca, es una ciudad caótica, donde los napolitanos ye intentan vender de todo, tiene un casco antiguo declarado patrimonio de la humanidad pero donde los edificios están en un estado lamentable, debido a que durante la Segunda Guerra Mundial fue muy dañada por los bombardeos y se levantaron los edificios con materiales de baja calidad lo que está repercutiendo hoy en día en el estado que tienen.
La ropa en los tendales es un signo clásico de Napoles, te lo puedes encontrar en cualquier calle, resulta curioso ver los pequeños comercios, como las pescaderías te muestran en plena calle los pescados y mariscos.
Es una ciudad muy bulliciosa y con mucha gente, llama la atención la cantidad de policía y de militares que te encuentras en la calle.
Dicen que no es una ciudad segura nos recomendaron no llevar la cámara a la vista, y siempre llevar el bolso por delante, pero nosotros no vimos nada raro, supongo que pasear por El Barrio español(uno de los peores barrios) de noche no es lo mismo que a pleno día.
Si no se tiene tiempo sería una buena ruta la que hicimos hoy, si hay más tiempo Napoles tiene mucho que ver. 
Siguiendo un consejo no fuimos al castel Nuovo, dicen que es muy bonito por fuera pero por dentro no merece la pena, nosotros decidimos la opción de callejear.





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