Primer día laborable del estado de alarma, seguimos sin ser conscientes algunas personas de que acabamos de empezar hace nada con un aislamiento impuesto.
Me desperté a las 6 de la mañana y hasta la hora de levantarme para ir a trabajar no conseguí pegar ojo en mi cabeza solo daba vueltas la misma idea como hemos llegado a esto?¿Cómo no se han tomado medidas antes, si se estaba viendo que Italia llegaba al colapso y China establecía medidas nunca vistas? ¿Nos están manipulando como a conejillos de indias?.
En cuanto sonó el despertador el remolino de ideas en mi cabeza se paró y me centre en las cosas rutinarias como asearme, desayunar, etc.
Llegue a trabajar mis compañeros ya estaban allí y comentaban como había cambiado la situación del viernes cuando nos despedimos diciendo que tal vez el lunes ya no nos veríamos en el trabajo, yo creo que lo dijimos todos con la esperanza de que no fuese así porque eso tal vez significaría que las cosas no habían empeorado, pero resulto que nos encontramos en el trabajo todo había empeorado.
Pasaron las horas del curro y me vine a comer después termine desde casa algo de trabajo que quedo pendiente y me fui al alimerka.
La sensación de ir a comprar era rara, como si no supiera con que me iba a encontrar, aparque el coche y cuando iba a salir de el otra persona aparco a mi lado, salí del coche y esa persona espero a que yo llegara a la puerta del supermercado y entonces salio de su coche.
Yo no llevaba efectivo y en el super no había cestas porque las estaban desinfectando tenia que coger un carro y mientras rebuscaba en mis bolsillos si tenia alguna moneda la persona del coche esperaba junto a la puerta manteniendo una distancia mas que prudente a que yo terminara de coger el carro.
Una vez dentro casi no había gente seriamos como 5 clientes y el resto de la gente, trabajadoras/es con mascarillas y con guantes.
Nos manteníamos los que estábamos allí guardando las distancias si alguien venia enfrente te girabas y te alejabas un poco.
Muchos de los estantes de productos estaban vacíos, una de las trabajadoras me dijo que se cambiaba el horario de 10 de la mañana a 8 de la tarde, porque sino se les hacia imposible reponer los productos, por la mañana la gente acudía en masa y a las 4 de la tarde cuando yo fui ya faltaban existencias.
Hice la compra que encima no era mucho y la mitad no lo había, parándome solamente lo justo, al volver me fije que por la calle no había ni un alma.
Una vez en casa me dedique a hacer alguna que otra videoconferencia para no estar aislada. Al final de la tarde decidimos ver una comedia francesa para desconectar un poco del tema y echarnos unas risas.
Termina así el primer día laborable del estado de alarma. Veremos que pasa mañana.
La esperanza es lo que hace que sigamos respirando aún cuando la presión de la vida nos esta asfixiando
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