viernes, 11 de octubre de 2019

Día 2. Conociendo Bucarest

Despertamos sin prisa, no había nada programado, así que, como dijo no se quien, la mejor forma de conocer una ciudad es pasear por sus calles y rincones, y eso hicimos.
Por un error de cálculo aparecimos en otro parque el Mogosoaia, pequeño pero molón. Que no era el previsto.

Bajamos al paque Herãstrãu, el más grande de la ciudad con un lago enorme, decir que para nuestra suerte subimos en metro para luego bajar caminando. El metro tiene 4 líneas y es muy fácil andar por el, nosotros teníamos dos transbordos y los hicimos a la primera, eso si en la última parte nos tocó un metro antiguo donde abrir la puerta era de forma manual, eso si muy bien grafiteado.

En el parque vimos el lago, paseamos por él parque y nos tomamos un piscolabis para recuperar fuerzas. En el parque hay una zona donde se encuentran 12 estatuas que son las cabezas de los padres fundadores de la UE.



De un parque a otro pasamos por una avenida larguísima, zona con edificios muy bonitos que están rehabilitados por ser sedes de bancos, de empresas internacionales y de alguna que otra embajada.
El parque termina en el arco del triunfo en medio de una confluencia de avenidas, este arco es de reconocimiento a la independencia de Rumania en el siglo 19, Luego se sustituyó por otro en reconocimiento al final de la 1 guerra mundial, era de madera, más tarde, en el 36 se terminó el actual de granito, es mucho más pequeño que el de Paris.


Después de pasar el arco seguimos caminando hasta llegar a la avenida Victoria una avenida enorme, llena de tiendas de ropa cara. En ella se encuentra la plaza de la revolución, y la sede del gobierno en un antiguo palacio.
Nosotros íbamos buscando el Pasajul Victoriae una calle corta que en la parte de arriba está llena de paraguas de colores, la verdad, esperaba una calle más larga y con muchos más garitos.

Aprovechamos y comimos en esa calle porque ya era un poco tarde, como más 4 de la tarde, después de reponer fuerzas y comer por menos de 15 euros, un agua, dos cervezas de medio litro y una pizza de 42 centímetros de diámetro, proseguimos viaje para llegar al hotel descansar y después salir a disfrutar del ambiente de Bucarest, tomando algo para luego cenar, tomar una copa y a dormir que hoy había que madrugar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario