viernes, 3 de abril de 2020

Día 23 de aislamiento voluntario. Día 21 de estado de alarma

Hoy vuelvo a lo mismo despierto antes de que suene el despertador, y nuevamente por mi mente empiezan a pasar pensamientos, resuena en mi cabeza un vídeo que vi ayer de un doctor al que sigo desde hace tiempo en twitter y que hace unos meses cuando aquí a España no había llegado el coronavirus y en china las cosas se estaban poniendo mal era una de las pocas personas que decía que había que prepararse que tarde o temprano el virus llegaría aquí y había que estar preparados para combatirlo, lo tacharon de alarmista y de no se cuantas cosas mas, pero resulta que todo aquello que nos fue contando a quienes lo seguíamos con el paso de los días iba sucediendo. 
Ayer en un vídeo, hablaba de una medico que había perdido a su madre y a su tía, vivían con ella murieron por el coronarivus con una diferencia de 10 días, ella estaba convencida de que seguramente había sido la contagiadora de las dos, y en el vídeo, el doctor hacia una reflexión tremenda que me hizo pararme a pensar, en su reflexión hablaba de que no hay héroes en esta situación, sino victimas, y tenia razón no hay héroes porque al final sin menospreciar lo que hacen, es su trabajo, como yo hago el mio, los transportistas el suyo, los autónomos el suyo, etc..y sí, son victimas, victimas de la mala previsión, y de todos los errores que se  han producido, porque van a su trabajo sin las medidas necesarias para cuidar su salud, y muchos tienen que volver a sus casas con sus familias sin saber si no presentan síntomas si están contagiados o no. Y se enfrentan a una situación en estos días terribles que es muy difícil de llevar.
Al igual que todos aquellos que sufren la enfermedad de una manera u otra, todos somos victimas, algunos victimas del confinamiento, otros victimas de la enfermedad que les ha tocado, otros victimas  de la perdida de los seres queridos en condiciones muy difíciles. 
Esta es una guerra extraña que nos toca vivir contra un enemigo invisible que se cuela en nuestras vidas  y en muchos casos las destroza.
Suena el despertador, subo la persiana y una inyección de energía parece que recorre todo mi cuerpo, el día es soleado y alegre, y eso ayuda, después me aseo, desayuno, llamo a Miguel para darle los buenos días y  me siento delante de mi portátil,  mi compañero inseparable de los últimos 20 dias.
Después de la videoconferencia con los compañeros y compañeras de trabajo tengo que acercarme al banco por una historia que me ha surgido, salgo de casa con mis guantes y mi mascarilla, cuando llego a la puerta del banco tengo que hacer cola fuera porque solo se permite una persona por mostrador y una sola persona en el cajero, yo voy al mostrador, así que me toca esperar, mientras espero me dedico a observar a mi alrededor, como a 3 metros hay dos chicas que están paradas hablando en plena calle, por la otra acera, la gente va y viene sin bolsas como si estuvieran de paseo, parece un viernes normal de los de antes salvo porque las tiendas están cerradas. Mientras sigo alli se cruza conmigo alguna que otra persona que lleva mascarilla y guantes pero lo más normal es que la gente vaya sin ninguna protección, hay incluso quien me mira un poco raro...por que? porque paso de lo que dice el gobierno que no es necesario llevar mascarilla si no estas enfermo? y yo vuelvo a pensar y como se que no soy una contagiada asintomatica? si no me he hecho ningún test que diga lo contrario?
Después del banco me vuelvo a casa, limpio las suelas de mis playeros con lejía y agua tiro mi mascarilla y guantes y me lavo las manos. Vuelvo a ponerme delante de mi compañero inseparable y a currar.
Después de comer hoy he decidido que no voy a coger la brocha en unos días, no tengo gana espero que vuelva el mal tiempo que llegara el lunes, así que aprovecho para estar de descanso un poco en casa y un poco en la calle con la peluche a jugar un poco con ella.
Llega la hora de entrenar y empiezo por entrenar con la jefa,  sigo después en videoconferencia con Miguel, hoy he sufrido un pequeño percance y me lesiono, nada de importancia que el hielo y una buena crema antiinflamatoria no curen... ¡Bueno eso espero! 
Acabo el día con el grupo de meditación y relajación

Todos tenemos una reserva de fuerza interior insospechada que surge cuando la vida nos pone a prueba. 
Isabel Allende

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