martes, 5 de mayo de 2020

Día 53 de estado de alarma. Martes 5 de mayo

Hoy amanece un buen día, aunque no hace tanto calor como estos días de atrás. 
Madrugo de nuevo para salir a correr y aunque las agujetas me matan intento correr y lo hago aunque no puedo correr todo lo que yo esperaba, el ultimo km lo hago caminando. 
No me encuentro con mucha gente parece ser que para salir a caminar o a correr solo madrugamos unos pocos, solo tres personas, una de ellas esta sentada en un banco, las otras dos de paseo. 
De regreso a casa cruzo el río, no se oye nada salvo el correr del agua y los pájaros, me fijo en el verde tan intenso que tienen los arboles y  la hierba y el cielo con su azul intenso, desde que vivo confinada parece que aprecio con mas intensidad todo lo que me rodea.
Cuando llego a casa la peluche ya  esta corriendo por la finca, en cuanto me ve menea el rabo y poco a poco se acerca a saludarme, es muy cariñosa y mimosa.
Después de estirar un poco, voy de frente a la ducha y a desayunar. En cuanto acabo, me siento enfrente de mi ordenador y a trabajar. Es una mañana tranquila y pasa rápido mientras parece que el día esta cambiando y que se esta nublando.
A pesar del tiempo salimos a comer fuera, no hace mucho calor que se diga, pero no se esta mal. Acabamos de comer y una furgo de mensajería se para delante de mi casa, preguntado por mi, recibo un paquete y resulta que es un regalo sorpresa de Miguel, y cuando lo abro me encanta. Me lo pruebo y me viene perfecto. Muchas veces me sorprende con detalles así, de repente sin contar con ello recibo un detalle suyo sin que halla nada que celebrar.
Aprovechando que esta nublado y que no hace mucho calor hago una tarea campestre que tenia pendiente, como siempre mientras la estoy haciendo la peluche me sigue muy de cerca, vigilante.
En cuanto acabo, me engancho delante de mi portátil y mientras estudio llamo a Miguel y hablamos por videoconferencia.
A la hora de siempre, entreno con Miguel solamente, porque la jefa aprovecha para salir a caminar. Cuando terminamos me voy a fuera a jugar con la peluche acabamos un pelin cansadas de correr sentada yo en el suelo y ella echada sobre mis pies.
Mientras estoy con ella,estoy pensando en lo solidarios de boquilla que somos, esta muy chulo en redes sociales poner frases, aplaudir a los sanitarios y al final somos egoístas a mas no poder.
Peluquerías abiertas donde no se toman medidas de protección ni para el personal mi para la clientela, grupos de adolescentes caminando juntos, paseos en los que hay que esquivar a la gente, no se usan mascarillas...
No somos conscientes de que el hecho de contraer la enfermedad repercute en los que están a nuestro alrededor, no pensamos, en que hay gente que se ha separado de nosotros para no contagiarnos y  llevamos tiempo si abrazarlos sin acercarnos y resulta que nosotros no cumplimos con las medidas que hay que adoptar, no pensamos en los sanitarios que hasta hace nada se enfrentaban a algo desconocido con miedo, sin la protección necesaria y tenían que volver a sus casas sin saber si estaban contagiados y lo pasarían a los familiares que tienen en casa, eso si, les aplaudimos por valientes... pero no somos solidarios, y no hemos aprendido absolutamente nada, seguimos siendo los mismos egoístas de siempre.

Lo que nosotros tenemos que practicar hoy, es la solidaridad.
Che Guevara

No hay comentarios:

Publicar un comentario